03 de Marzo de 2017   -   Categoría: Blog
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Para qué necesita mi comunidad de vecinos un seguro

Para qué necesita mi comunidad de vecinos un seguro

Cada día ocurren en España una media de 136.000 siniestros por los que las compañías aseguradoras pagan más de 53 millones de euros. Los actos médicos y las prestaciones de salud son los más numerosos (78.160), por delante de los problemas en las viviendas, que alcanzan los 19.560. En muchos casos, son las pólizas multirriesgo del hogar las que hacen frente a estas contingencias, pero también existen problemas que sobrepasan el ámbito de una vivienda y recaen en la comunidad de propietarios.

 

Según la última edición de la Memoria Social del Seguro, elaborada por la Asociación Empresarial del Seguro (UNESPA), las comunidades de vecinos sufrieron en 2014 más de 930.000 siniestros, con un coste total de 375 millones de euros.

 

La mayor parte de los siniestros en comunidades de propietarios están relacionados con los daños producidos por el agua. Para solventar las 567.000 incidencias registradas en este grupo fueron necesarios 208 millones de euros. Los daños originados por los fenómenos atmosféricos ocuparon el segundo lugar al contabilizarse 130.000 siniestros con un coste cercano a los 48 millones de euros. Por detrás, se situaron las reclamaciones por responsabilidad civil con 55.500 casos y un coste de 22,7 millones de euros.

 

A la vista de las cifras de siniestralidad en las comunidades de vecinos y el coste de hacerles frente, es altamente recomendable que cualquier comunidad cuente con un seguro que cubra los principales riesgos a los que están expuestos los elementos constructivos de las edificaciones, los muros y cerramientos, las instalaciones y conducciones que estén al servicio de los vecinos, los ascensores, las piscinas y otras instalaciones recreativas, los elementos decorativos fijos y el mobiliario y los enseres comunes.

 

Como en otro tipo de seguros, las coberturas y servicios son muy variadas, dependiendo del tipo de póliza y de las compañías. Por lo general, suelen incluir una serie de coberturas básicas (incendio, robo, responsabilidad civil, vandalismo...) y un buen número de coberturas optativas que van desde que la compañía se haga cargo de los gastos por la actuación de diversos servicios en caso de siniestro, a la rotura de cristales, pasando por el alojamiento provisional de los vecinos en caso de necesidad, los gastos de desatasco de tuberías comunes o la reclamación por pago de cuotas comunitarias.

 

Dada la importancia que tiene el seguro de la comunidad, es preciso que su contratación se haga con pleno conocimiento tanto de las coberturas como de las exenciones. No es extraño encontrar situaciones en las que, por ejemplo, se piense que la póliza cubre los daños causados como consecuencia de las filtraciones de agua producidas por la lluvia y, ante un siniestro de esta naturaleza, el seguro no atienda la reparación al estar condicionado el daño a una cantidad mínima de agua de lluvia por metro cuadrado.

 

No basta con que la comunidad tenga un seguro; es preciso que cubra las necesidades reales de la comunidad para que realmente sea útil. La experiencia de un administrador profesional de fincas puede ser de gran utilidad para una comunidad a la hora de valorar convenientemente los riesgos de una finca y el alcance y utilidad de una póliza de seguro. Elegir bien puede ser determinante para evitarse problemas en un futuro.

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