La presencia de palomas en parques y plazas de la ciudad es algo corriente. Sin embargo, en muchos casos, supone un verdadero quebradero de cabeza para algunos edificios de los alrededores.
Suciedad, propagación de enfermedades, atascos, daños en la construcción… son algunos de los problemas que acarrea una población descontrolada de palomas en un edificio. Según la empresa Rentokil, especializada en el control de aves, la presencia de estos animales puede poner en riesgo la salud propagando enfermedades (ornitosis) o bacterias (E.Colli o salmonella); afectar a edificios y vehículos, atajar bajantes, desagües y canelones o atraer a sus nidos otras plagas.
Debido a estos problemas, algunos ayuntamientos ya están tomando medidas. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Cuenca aprobó a finales del año pasado iniciar el expediente de contratación para el control de determinados animales, entre ellos las palomas. También la localidad conquense de San Clemente ha puesto en marcha iniciativas para “erradicar la extensa población de palomas”.
El problema puede llegar a alcanzar tal magnitud que incluso el grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad impulsó hace unos años un servicio para el control de palomas ante el deterioro que pueden causar los excrementos de estos animales en construcciones de alto valor.
Problemas en la comunidad de vecinos con las palomas
¿Qué puede hacer una comunidad de vecinos si tiene problemas por un grupo incontrolada de palomas? Existen en el mercado diversos sistemas para atajar este problema. Uno de los más utilizados está conformado por redes anti palomas que permiten cubrir grandes superficies y evitan el posado y la estancia de las aves.
También se emplean otros métodos como los sistemas electrostáticos (las aves reciben un pequeño impulso eléctrico y se alejan), las púas para evitar el posamiento o, incluso, la cetrería.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que no todo vale y que es preciso tener en cuenta la legislación vigente para la correcta utilización de cualquiera de estos métodos. Recientemente, hemos conocido que la Fiscalía de Medio Ambiente de Tarragona presentó una denuncia contra el secretario-administrador de una comunidad de vecinos por un delito contra la fauna por haber colocado sin los correspondientes permisos redes para controlar las aves.
Para evitar problemas, la mejor forma de proceder es dirigirse es dirigirse al administrador de la finca para que inicie los trámites necesarios para contratar los servicios de una empresa especializada en el control de plagas y se asegure de contar con todos los permisos y requerimientos necesarios antes de iniciar cualquier trabajo.
Al tratarse de una actuación que redunda en el adecuado mantenimiento y la conservación del inmueble para satisfacer su seguridad y habitabilidad, estas actuaciones no están sujetas al acuerdo previo de la junta de propietarios (artículo 10 de la Ley de Propiedad Horizontal) y deberán ser sufragadas por todos los vecinos.
En caso de que fuese necesaria una derrama, deberá adoptarse un cuerdo en junta sobre la distribución de la cantidad extraordinaria a pagar y las condiciones de su abono (artículo 10.2).
Como hemos visto, existen métodos eficaces para atajar los problemas provocados en el edificio por una alta concentración de palomas, pero su puesta en marcha requiere de la participación de personal especializado.
